martes, 9 de octubre de 2018

CHIQUIÁN,"CUNA DEL VALEROSO LUIS PARDO NOVOA"


   En mayo y junio de 1929 se organizaron oficialmente las antiguas  Comunidades de Campesinos de Cuspón y Yamor en los distritos de Chiquián y Antonio Raymondi. Le siguieron Copa y Aquia, Chiquián y`Acas, en los años de 1930 a 38. especial mención merece la Comunidad Campesina de Aquia, que por sus luchas con los hacendados vecinos y las compañías mineras, hubiera mantenido vivo el espíritu de lucha de las comunidades vecinas que le prestaban su apoyo. En estas luchas surgió el “bandolerismo”, como un medio de combatir la prepotencia de los hacendados y el poder de los mineros. La hacienda “Tallenga” del distrito de Aquia, se formó por el establecimiento en sus tierras de “campamentos mineros”. Una lucha sin cuartel se inició y que debería terminar con el triunfo de la Comunidad.
Los mineros de Tucuchira y Tallenga hostilizaban a los campesinos y bajo el pretexto de campamentos mineros se constituían en hacendados. La aparición de Luís Pardo Novoa en el escenario de la “puna”, acabó con la prepotencia de los hacendados y mineros. Algo más Luís  Pardo quiso moralizar al hacendado y al indio; al hacendado, obligándole a dar trato humano a los indios y a los indios dándole conciencia y dignidad. Y para que el indio tuviera conciencia de su poder y dignidad, con ellos asaltó los latifundios, a los latifundistas y opresores. Les imponía cupos y distribuía esos cupos entre los desvalidos. Bastaba la más ligera indicación de que en tal hacienda se hubiera cometido un abuso contra algún indígena, para que Luís Pardo y su “Banda” se hubieran hecho presentes.
Luís Pardo Novoa nace un 19 de agosto de 1874, primogénito de cinco hermanos, de una familia conocida y pudiente en Chiquián, Bolognesi, Ancash, Perú su tierra natal. Hijo de Pedro Pardo, hacendado de “Pancal”, que participó en las montoneras Caceristas, en su lucha contra don Nicolás de Piérola y se autonombró Gobernador de la provincia de Cajatambo y muere en la disputa con un cura terrateniente. Su abuelo Pedro, nace en Huaraz, igualmente aventurero y Alcalde de Chiquián por dos periodos. Así Luís Pardo heredó esa inclinación aventurera, vengando la muerte de su padre a los 11 años, quien fuera emboscado por los hermanos Alvarado, cuando se dirigía a su hacienda; los mato de dos certeros disparos de una Winchester, pero aquello no calmó su pesar. Su padre moría cinco días después y muy pronto muere su madre.
 A los veinte años decide integrar las filas de los Montoneros Caceristas, encabezados por don Augusto Durán, quien fuera acusado falsamente de haber impuesto fuertes cupos a los notables de las provincias. Cerca de Barranca el grupo tubo un encuentro con los soldados en sangriento combate con soldados del Sr. Piérola, siendo derrotados y tomados prisioneros. Luís pardo tubo que huir de la cárcel, para de allí en adelante ser constantemente perseguido por la justicia. Miles de veces se enfrentó a la fuerza pública, con lo que se le declaró abiertamente “bandolero”.
  Su valor llegaba a la temeridad, en una ocasión entra a casa de uno de sus mayores enemigos, donde celebraban una fiesta familiar, con la mayor naturalidad, sin ser sorprendido, en otra, en la ciudad de Supe, ponen precio a su cabeza por orden del Gobernador de Huaral. Muchas otras humilla a los togados por sus vejámenes contra los indios .De tal forma de aventura en aventura, doblegando a quienes abusaban de los campesinos, enfrentando a la muerte, en las pampas, en los valles como en las punas, muere como mueren los hombres de su estirpe en una emboscada preparada, por quienes no pueden enfrentarlo mirándolo a los ojos, directamente. Vende cara su muerte al enfrentarse a 50 gendarmes de caballería al mando  de Toro Mazote, quien había sido enviado desde la capital de Lima para su captura.
 El 5 de abril de 1909, a orillas del río Cajacay es acorralado por algunos campesinos, herido gravemente se arroja a las tormentosas aguas, luego que una galga le impactara en la cabeza. Siete balazos atravesaron su yaciente cuerpo ya desfallecido. Río abajo fue recogido por los mismos pobladores que lo perseguían y llevado al pueblo. Un Alférez sacó su revólver y le dio un tiro de gracia, y otro en el pecho, enardeciendo así a la misma población que lo defendía.
Este personaje, sirvió de inspiración, para muchos que, como él, tenían en sus ideales buscar la equidad dentro de la sociedad, este hombre también, fue muy juzgado por todo aquel acto cometido, dejando de lado su valerosidad, astucia y empatía, sin embargo, en la actualidad es valorado por lo que hizo; sobre todo en Chiquián, se le toma mucha importancia.




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